El poder de los datos en el siglo XXI: Big Data

El Big Data es un término relativamente nuevo, que denomina al hecho de generar, procesar, y sacar valor continuamente de datos a una gran escala. Otorga a las empresas conocimiento de sus públicos y la sociedad en la que se contextualizan. Permitiéndoles anticiparse, tomar decisiones más estables y detectar fallos y puntos de mejora. Así es como los datos han ido ganando valor.

Si es cierto que, la cantidad de recursos destinados a la investigación, al cambio y a la mejora a causa de la digitalización son desorbitados en una sociedad exigente, concienciada y activa. Sin embargo, es la propia tecnología y la propia huella digital que deja su uso la que ayuda a evolucionar gracias al Big Data y el poder de los datos.

¿Cómo afecta el poder de los datos y el Big Data?

Como ocurre con todo, el Big Data tiene un lado positivo y uno negativo. La aportación general que esta herramienta hace a las sociedades, se puede resumir en una palabra: innovación. Por un lado esta innovación se contempla como un avance hacia sociedades más inteligentes e interconectadas. Pero depende del uso que se le de a la herramienta, comienzan a darse las malas connotaciones que la sociedad pueda tener de ella.

Hay que ser conscientes que la sociedad es cada vez mas consciente y rechaza cualquier mala actividad de una empresa, sobre todo cuando su seguridad y su información esta en juego. Afecta a la imagen de una empresa, y esto sin sin hablar de la legalidad.

Perspectiva social

Algo tan sencillo como coger el coche, comprar en un supermercado o, si nos vamos a lo más digital, realizar una búsqueda en Internet o escuchar música, dan cantidades inmensas de datos a tiempo real de gustos, comportamientos y personalidad del usuario.

Todo esto requiere de una sociedad cada vez más digital que tenga unos conocimientos mínimos, y cada vez mayores, de tecnología y uso del entorno virtual. No solo por temas de seguridad, sino por tener mayor control y conocimiento sobre los datos que aportan.

Quitando el desconocimiento, normalmente la aceptación del uso de los datos personales se basa en la búsqueda de una experiencia como usuario.

En gran parte esto es gracias a la democratización de la tecnología. Desde que los productos tecnológicos son más accesibles a la sociedad y se integran en sus vidas cotidianas como elementos necesarios se ha hecho posible un gran crecimiento en la recogida de datos.

Los datos, por tanto, son una importante materia prima que el Big Data capta de forma masiva y traduce para poder aprender de ellos. En este punto es importante mencionar el aprendizaje automático, que recoge lo que el Big Data traduce y mediante actúan mediante algoritmos.

Es algo que está aquí para quedarse, ya que toda tecnología emergente, como el cloud computing o la Inteligencia artificial, sigue la misma línea. Sirve como indicador de que las sociedades están cambiando. Dijimos que la innovación es el principal potencial de este recurso, puede producir grandes mejoras sociales. Permite una transformación sociedades que mejoran la inteligencia de todos los ámbitos, como puede ser: sostenibilidad, nuevas oportunidades laborales, seguridad, educación, seguridad social, acceso a información y transparencia, resiliencia…

Perspectiva empresarial

Las sociedades cada vez más inteligentes generan millones de datos a cada momento, que son la actual materia prima de las empresas, personas, administraciones, gobiernos… Hace años se hablaba de los datos como el nuevo petróleo, ya que son la gasolina de las empresas. Hay que recogerlos, tratarlos y usarlos una vez tratados para obtener el fin deseado, los datos por sí solos no son nada hay que procesarlos.

Los beneficios principales que obtienen las empresas del Big Data son dos principalmente: contextualizar y monetizar. Ambos dan como resultado la innovación de la que hablábamos en un principio. Son un recurso estratégico que otorgan a la empresa ventajas competitivas y optimizan diferentes aspectos.

Agiliza la toma de decisiones ya que se basan en evidencias cimentadas, tomadas a tiempo real y que dan una visión global de la situación de la empresa en su contextos. Es la fuente de la creación de valor de una empresa.

De los datos se pueden hacer estudios de mercado continuos para adaptar la oferta en base al contexto social con decisiones sólidas (precios, productos y servicios ajustados a necesidades reales, incluso afecta a los horarios laborales…). Una auténtica revolución para la experiencia de los clientes.

Las organizaciones tienen un conocimiento mucho más profundo de los clientes. Sirve para extraer modelos de conducta, tendencias y patrones de consumo identificando oportunidades para el negocio y permitiendo contenidos personalizados. Toda esta contextualización lleva a que los impactos empresariales sean más efectivos. Por lo tanto, no solo reduce costes sino que ayuda a incrementar los beneficios derivados de la propia actividad.

Por otra parte la monitorizacón a través del Big Data también ayuda a reducir costes, gracias a la prevención de riesgos y deficiencias y a la corrección de errores. Además, permite la anticipación o la reacción.

Todo esto a dado lugar a la economía del dato, donde estos se usan como base para obtener beneficios. Se intercambian entre compañías y se movilizan por todo el mundo.

Problemas del Big Data

El principal problema del Big Data se da por culpa de la inestabilidad que existe hoy día en general, y en concreto el constante cambio que van sufriendo los datos. En menos de 10 años este mundo ha evolucionado a pasos agigantados, dejando poco tiempo de adaptación y continuas carreras por ir al día en un mundo globalizado.

La cantidad de medios de captación dejan información masiva y muy heterogénea que se debe estandarizar y estructurar de forma que no deje una visión incompleta o innecesaria del contexto, que pueda afectar a decisiones o a la propia interacción entre departamentos. El almacenamiento de los datos también se da de forma masiva, lo que quiere decir pérdida de recursos y dificultad de gestión.

Otro de los problemas que se tiene al comenzar con estrategias de Big Data es plantearse el comienzo. Es decir, cómo recoger datos y para qué. Recabar información que vaya a ser útil y aporte valor para decisiones y estrategias empresariales.

Esto nos lleva a la segunda parte: el análisis y la gestión de los datos. Plantear qué son los datos obtenidos, que contienen y en qué se traducen en base al contexto socio-cultural y económico-mercantil. Todo para dar respuesta a nuestras hipótesis y preguntas que la estrategia del negocio necesita responder estructurándolos y estableciendo patrones, modelos de conducta…

Los dilemas de propiedad y el poder garantizar la privacidad de los datos son dos de los principales quebraderos de cabeza de las empresas. Existe una gran sensibilidad con la privacidad por culpa de malos usos anteriores acerca de los datos y la captación de información. La sociedad no confía en dejar a las empresas información personal de ellas, es más reniegan de hacerlo ya que se asumen malas prácticas en su uso.

La regulación y las normativas internacionales de seguridad ayudan a ganar la confianza social, pero su cumplimiento puede resultar laborioso y complejo.

Ética en el uso de los datos

El problema que esta útil herramienta se encuentra es el uso que se le pueda dar. La información es tan valiosa como frágil. Actualmente es el activo más valioso de empresas y ciudadanos. Edades, gustos, movimientos, páginas webs visitadas, frecuencia, pagos, orientaciones sexuales… Estos datos entre muchísimos otros son recogidos, gestionados e intercambiados entre empresas con fines comerciales.

El Big data puede ser de gran utilidad siemprey cuando su uso sea ético y responsable. Existe una frontera muy frágil entre lo público y lo privado, y nuestra huella digital da muchas pistas sobre cómo somos.

Es muy importante actuar pensando en los derechos de los usuarios y las responsabilidades legales de las empresas, para no caer en malos usos, manipulaciones y generar desconfianza de la herramienta en si y de la propia empresa.


El poder de los datos y del Big Data, por tanto, es la capacidad de mejora, de desarrollo y contextualización social. Siempre bajo un filtro ético donde la mejora sea el fin y no el medio para alcanzar otros fines. Es la base de una transformación digital en empresas y sociedades.

El punto al que estamos llegando, es a la valoración de empresas en base a la información que poseen. En los últimos años multitud de empresas exitosas han llegado a grandes puestos gracias a ser completamente digitales sus actividades y tener como activo principal los datos. Netflix, Airbnb, Amazon, Facebook son solo alguno de estos ejemplos.

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