El mundo de la información accesible, momentánea y movible es un mundo en el que se puede sacar mucho provecho socia. Es decir, puede ayudar a las sociedades a crecer y a fomentar áreas cruciales. Con el surgimiento de la nube hace años se dio un vuelco al tratamiento de la información. La nube y su seguridad hacen posible este movimiento de datos alrededor del mundo.
La seguridad informática está adquiriendo multitud de beneficios para las sociedades. Dando ejemplos más específicos, los voluntariados o la sanidad, entre otros sectores, se ven muy favorecidos.
Los datos actualmente se encuentran en una gran parte en el cloud y es por eso que la seguridad en la nube se esta definiendo como parte de una estrategia general de seguridad de las organizaciones. Se está creando un nuevo modelo de seguridad cada vez más extendido, el modelo de la continuidad de negocio.
Además de fomentar la recuperación de un negocio, ayuda a generar redes más flexibles y la posibilidad de que el sistema se auto-defienda. ¿Cómo se hace esto? A través de la motorización, del aprendizaje automático y de la Inteligencia artificial, usando como base para darles vida a estas herrmientas al cloud y todos sus beneficios. Con esto se logra identificar comportamientos anormales, ya no solo basta con las contraseñas y los cifrados aunque sigan siendo imprescindibles. Se da un paso más en la seguridad haciendo que la propia tecnología sea quien se defienda.
Se necesita rapidez, eficacia, y buenos planes de gestión de riesgos. Además de clasificaciones de información por contenido y prioridades que puedan diferenciar y proteger aún más aquellos datos más vitales para la organización.
La idea de seguridad más gerneralizada es aquella que gira en torno a la seguridad infórmática, ciberataques, más que a la seguridad de la información en general.
Como ya hemos dicho en otras ocasiones, un enfoque reactivo u ofensivo es vital, por su puesto. Históricamente es la parte de seguridad que más inversión se ha llevado y se sigue llevando. Lo malo está cuando solo se centra en ello dejando de lado la seguridad de puntos clave que pueden ocasionar el un gran golpe en la actividad en situaciones extremas pero probables.
Usar como única táctica defensiva o la táctica más empleada a costa de otras tácticas más proactivas la defensa ante constantes vulnerabilidades es un error de seguridad. Es un método anticuado que no se ajusta a la evolución y a la situación actual.
La seguridad de la información es algo más amplio y va más allá de los virus informáticos o accesos no autorizados. Por eso mismo se debe adoptar ambos enfoques de forma que la seguridad sea lo más completa posible. La prevención de riesgos se ha convertido en una importante forma de garantizar la seguridad de un negocio.
El principal motivo de la seguridad es que una organización pueda continuar su actividad con total normalidad. Si hoy en día los datos son la principal materia prima de una empresa, es decir, la información permite ser más o menos competitiva y adaptarse al contexto que la rodea.
Por lo que se puede afirmar que esos datos son los que permiten la actividad de una empresa y sin ellos se podrían generar importantes pérdidas o incluso el cese de la actividad.
La continuidad del negocio no es más que analizar todos aquellos riesgos que pueden peligrar la actividad empresaria. Tomando mayor relevancia la seguridad de los datos al ser el principal activo.
La seguridad de la nube puede aportar soluciones a todas esas necesidades en esta materia. No solo por ser un entorno seguro, sino que además permite implementar una forma más interconectada entre las tecnologías dando mayor control. Por otra parte, permite el movimiento de los datos, las copias a distancia en cualquier momento, la monitorización y detección automatizada…
Los planes globales de continuidad de negocio son cada vez más necesarios y la concienciación respecto a ellos es cada vez mayor.
Los riesgos y las vulnerabilidades informáticas y físicas son inevitables y posibles. Es por eso que la diferenciación no está en no tenerlas, sino en cómo se afrontan y las medidas que se toman. Reducir el daño y recomponerse cuanto antes es la meta de la seguridad en una empresa.
Una brecha de seguridad puede afectar a la reputación de una marca. En España son una gran parte de las compañías, e incluso de la Administración pública, quienes han sufrido al menos una brecha en el último año. La protección de datos de cara al público es una de las mayores exigencias que le hacen a las empresas. Por ello estas brechas si no se gestionan bien pueden conducir a un problema de imagen empresarial.
Son situaciones evitables gracias a la adopción de sistemas de almacenamiento seguros, como el cloud, o mecanismos de seguridad como el cifrado o la doble autenticación, la formación del personal.
La nube, en definitiva, puede ayudar a proteger a una organización al completo. Desde las redes, los datos, las aplicaciones, etc. Además de permitir una gestión más fácil, rápida y flexible. La seguridad en la nube es el mejor aliado para las empresas en base al contexto actual.
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