Vivimos una época que, por mucho que se intente evitar o prescindir de ella, está definida por la tecnología. Esto para la sociedad y las organizaciones resulta beneficioso a la par que problemático. Es un universo digital del que cada vez más es imposible estar alejado.
La importancia de los datos recae en la propia sociedad. El conocimiento de ella, la interacción continua, el conocer cómo piensan o actúan las personas en sí mismas y en sociedad. Esto no es más que la evolución tecnológica de lo que el ser humano busca desde el inicio de los tiempos: dar respuesta a todo lo que le rodea. Solo que en este caso la información, en una gran parte, es usada con fines comerciales por las entidades que los captan para publicidad, estudios de mercado…
El uso del Big Data y la analítica por parte de las empresas permite conocer a la sociedad en general y ajustarse a posibles cambios o tendencias. Hay una cantidad de información generada incontrolable por ninguna entidad existente, y a cada segundo se generan otros tantos millones más de información. De todos estos datos ni un cuarto de la información generada esta siendo analizada. Este 2020 existen una serie de tendencias que van a influir el en Big Data y su gestión y análisis.
A día de hoy es muy fácil generar datos, en un mundo cada vez más virtual. Lo realmente difícil es aprender a gestionar esa información en beneficio del negocio. El uso del Big Data para empresas que sepan gestionarlos, les dará una ventaja analítica, al centrarse en el valor que tiene el dato, con respecto a las demás entidades.
Como se ha dicho, cada vez todo está más digitalizado. Los coches, las televisiones, dispositivos móviles, ordenadores, relojes o incluso robots actúan como proveedores de datos. Conocido actualmente como Internet of Things (IoT) aquellos dispositivos capaces de transferir datos mediante la red sin la necesidad de la acción humana. Ya no es necesario que entres en una web, navegues por Internet o publiques en redes sociales, la actividad diaria está monitorizada gracias a estos dispositivos.
La transformación digital de una empresa parte de ser capaz de digitalizarse, automatizar e integrar procesos y sistemas. Las empresas deben ser capaces de clasificar y almacenar los datos proporcionados sin ningún problema dándoles un ciclo de vida de uso y nivel de prioridades, aunque esta realidad aún tiene bastante recorrido. Aún existen gran cantidad de datos fragmentados o datos irrelevantes que las empresas intentan gestionar.
Lo primero que hay que plantear, como en cualquier planificación, es qué quiero llegar a ser. Ese es el primer punto de la estrategia de datos o Data Strategy.
Es un análisis avanzado de los datos que reduce la necesidad de perfiles expertos en analítica de datos, ya que la oferta de empleo de estos es muy superior al talento disponible. Simplifica el proceso analítico poniéndolos al alcance de otros perfiles menos especializados y técnicos. La gestión de los datos está desviándose a una gestión aumentada en la que los profesionales especializados se olviden de tareas rudimentarias y dediquen su tiempo a otras tareas de mayor necesidad.
Cuando hablamos de realidad aumentada, esta se sustenta en tres pilares básicos cuya combinación la hacen posible: el aprendizaje automático, la Inteligencia Artificial y el procesamiento del lenguaje natural. Estas tres herramientas serán cada vez más empleadas para la creación de un sistema de negocio inteligente y basado en los datos, unificando las tecnologías analíticas.
El aprendizaje automático o Machine Learning es una capacidad de progreso autónoma, es decir, a través de algoritmos se aprende y mejoran acciones y modelos analíticos automatizadamente. Se trata de agilizar la toma de decisiones gracias al aprendizaje de los datos, minimizando la necesidad de la acción humana.
La automatización es una de las grandes ventajas que ofrece la Inteligencia Artificial, reduciendo no solo los riesgos a los fallos humanos, sino también tiempos de gestión o incluso ayudando a la monitorización. Este 2020 un 40% de las tareas serán automatizadas.
Ya hemos hablado de esta herramienta en innumerables ocasiones, pero no deja de estar en auge su utilización. Se prevé que aumente la contratación de estos servicios. Como ya dijimos en una publicación anterior sobre el valor del cloud para las empresas:
El cloud o nube es una tecnología informática que permite el almacenamiento y acceso a archivos a través de la red a entornos virtuales, en lugar de necesitar dispositivos físicos. Es un modelo de infraestructura como servicio (IaaS) que se da a través de la nube.
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El hecho de compartir datos entre departamentos, almacenarlos y poder moverlos con gran seguridad entre personas y lugares hará crecer esta herramienta para este año.
Son interfaces de voz que, mediante altavoces inteligentes y asistentes virtuales, ayudan a los usuarios con diferentes tareas. Se prevé que los sistemas de tecnologías de habla sean la nueva forma de interacción principal entre humano y máquina. De forma que el procesamiento del lenguaje natural pase a un nuevo nivel gracias al análisis conversacional.
Estas tecnologías conversacionales resultaron una auténtica revolución a la hora de recopilar datos, además de para los propios usuarios a quienes ayuda facilitando tareas y agilizándolas.
De reconocer unas pocas palabras a responder preguntas y realizar acciones mandadas, así ha evolucionado este tipo de tecnologías. Aunque ahora se busca darle mayor madurez y poder entablar una conversación con peticiones encadenadas.
La integración de estas tecnologías en las empresas derivarán en mejorar la analítica, los procesos, la experiencia de los usuarios y la gestión del tiempo incluso. Sin duda este será el gran reto en Big Data y Analítica, y de sus tendencias, de este 2020.
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