Los datos son en muchos casos, y por desgracia para los usuarios, moneda de cambio entre corporaciones. Empresas que dan sus servicios gratuitamente y que se lo cobran por otro lado, nuestra información. A la que sacan mucha rentabilidad. Este es el caso de Avast y su venta de datos de los usuarios.
Avast es una empresa mundialmente usada para precisamente la seguridad. Un antivirus usado por millones de personas que no sabían que cada paso que daban en la web era espiado y vendido. Datos sensibles vendidos de forma confidencial a otras empresas.
Jumpshot, subsidiaria de Avast, es el aliado que se encarga de paquetizar y crear productos vendibles de esos datos a empresas, de entre ellas, muchas de las grandes compañías mundiales del nivel de Microsoft o Pepsi. Avast se encarga de la recopilación de esos datos, desde el comportamiento de un usuario en una web hasta búsqueda de coordenadas GPS y ubicaciones. Posteriormente esta información pasa a Jumpshot, empresa de análisis de marketing, que la envuelve para regalo. Un regalo de millones, que es lo que se llegaba a pagar por esa información.
Si algún alivio queda, es pensar que la información no mostraba los datos personales de los usuarios. Aunque, se baraja la opción de poder conocer identidades concretas de ciertos usuarios a causa de la gran recopilación de datos ofrecidos sobre alguien. Lo que quiere decir que ni si quiera se asegura una anonimización real.
Esto nos lleva a preguntarnos si eran conscientes de este uso los usuarios, o mejor dicho, hasta qué punto se les informó de esto y se pidió su consentimiento.
La respuesta es fácil de prever.
Los usuarios desconocían esta práctica, aunque la respuesta por parte de Avast tras la noticia fue supuestamente que el antivirus comenzó a pedir confirmación mediante una ventana emergente para realizar la recopilación de datos. En esa ventana observamos tres incongruencias: la opción de compartir datos es la que sale por defecto, no habla de compartir información con otras empresas y no se explica qué pasará con aquellos datos captados sin consentimiento anteriormente.
Ya en 2015 Avast tuvo problemas con la recopilación de datos y con su subsidiaria Jumpshot. Aunque parecía haber dejado de realizar estas prácticas, ha saltado la noticia de que no es real y que usan su extensiones en el navegardor para capturar toda esa información.
En definitiva, Avast vende los datos captados por su software sin ningún consentimiento, y mucho menos remordimiento. El derecho a la privacidad también debe respetarse en el entorno on line. Para ello es muy importante regirse por la normativa, y sobre todo por la ética a la hora de tratar los datos de las personas. Este tipo de noticias manchan la imagen de las nuevas tecnologías por un mal uso de ellas.
Os dejamos aquí unos enlaces interesantes de la noticia en otras páginas.
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